EMDR

Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares

E.M.D.R. (en inglés, Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) es una técnica de demostrada eficacia especialmente indicada para tratar el trauma psicológico.

El trauma psicológico lo definió ya muy bien Janet, un psiquiatra clásico de principios del siglo XX: “es el resultado de la exposición a un acontecimiento estresante inevitable que sobrepasa los mecanismos de afrontamiento de la persona. Cuando la persona se siente demasiado sobrepasada por su propia activación y sus propias emociones, los recuerdos no pueden transformarse en experiencias narrativas neutras”.  Es decir, la experiencia de una amenaza vital de la que no podemos protegernos ni escapar dispara una respuesta de estrés tan intensa que, si no la podemos regular, impide que nuestro cerebro utilice su capacidad de “autocuración” emocional natural.

Esta capacidad de autocuración consiste en construir un relato integrado y coherente de lo que nos pasó y lo que sentimos.  Y nos permite contárselo después a otras personas de manera completa y coherente, quizá emocionados al recordarlo, pero sin la sensación de estar reviviendo la experiencia (lo que Janet llamaba una “experiencia narrativa neutra”).

Sin embargo, cuando el trauma ocurre, tenemos un recuerdo fragmentado que puede reaparecer en forma de flashbacks, imágenes intrusivas, activación fisiológica, sueños y otros síntomas, normalmente ante estímulos que guardan alguna relación con la experiencia traumática.  Entonces reexperimentamos el suceso traumático como si estuviera sucediendo en este mismo momento.

En estos casos puede ser necesaria la ayuda de un profesional que ayude a integrar esas experiencias. Igual que cuando una partícula obstaculiza la cicatrización de una herida y el cirujano debe quitarla, limpiar la herida y aproximar los bordes de la misma, para volver a activar el proceso auto curativo.

La curación a través de la activación de los recursos naturales de cicatrización es lo que hace también el terapeuta.  Con EMDR accedemos al recuerdo encapsulado y lo integramos dentro de la red de memoria más amplia que contiene información adaptativa.

De esta manera, se producen nuevas asociaciones y conexiones que permiten dar sentido y aprender de la experiencia vivida.

Se llama E.M.D.R. porque consiste en la aplicación de una estimulación bilateral visual.  El cliente relata la experiencia traumática mientras sigue con los ojos el movimiento de los dedos del terapeuta de izquierda a derecha.  Actualmente se ha comprobado que se puede conseguir también este tipo de estimulación bilateral por vía táctil y auditiva.

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